Contemplemos a Nuestro Señor durante esta Semana Santa, con espíritu janeriano."Tomaron, pues, a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario... y allí le crucificaron... Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: Todo está cumplido. E inclinando la cabeza entregó el espíritu." (Jn. 19,16b-18.30)
Gracias, Señor Jesús, por darnos vida con tu muerte.
Gracias por tu amor. Gracias porque "por mí expiraste clavado en cruz".
Ana María Janer, durante toda su vida sirvió y amó a Jesús crucificado presente en sus hermanos necesitados. Su vida fue un configurarse con Cristo, hasta el punto de elegir morir como penitente por amor a Cristo Jesús:
Padre, mi deseo es morir como penitente por amor a Cristo Jesús que por mí murió clavado en cruz... 
"La Madre Superiora accedió a dicha demanda y de madrugada... despejaron la habitación de todo objeto, quedando sólo la Madre Janer `muriendo como pecadora en estrecho colchón sobre el frío pavimento siendo así que toda su vida fue un portento de caridad y admirable esposa de Jesús crucificado."
(Cfr. "Ana María Janer Anglarill. Una mujer sin fronteras". Pág. 418)