jueves, octubre 27, 2005

¡Estamos en camino!

Queremos compartir con todos la alegría de haber recibido el siguiente mensaje:
Un hermoso carisma que reúne a los jóvenes para ser mejores cristianos y evangelizadores en la sociedad, siempre debe ser promovido. Siendo fieles a su carisma ustedes pueden seguir la senda evangelizadora trazada por el Papa Juan Pablo II en las jornadas mundiales de la juventud: “prender fuego al mundo”, el fuego del amor de Cristo en los corazones. Les ofrezco mis pobres oraciones.
Dios los bendiga.
P. Luis Alfonso Orozco. Especialista en Mística y Apostolado en los Movimientos Eclesiales.
Consultorio para Movimientos eclesiales: www.es.catholic.net

jueves, octubre 20, 2005

¡Sagrada Familia: bendice el Encuentro en Villa Allende!

Encuentro de Coordinadores Janerianos

Hoy empezó el Encuentro en Villa Allende, muchos laicos janerianos de diferentes lugares de Latinoamérica están reunidos en Córdoba:
de Paraguay, Uruguay, Chile, Argentina, Colombia,...
¡¡¡El Señor los bendiga y acompañe!!!

domingo, octubre 16, 2005

La Madre Ana María Janer y los laicos



Acerquémonos a la Madre Ana María...
Su vida es camino de santidad
Ella nos muestra un "camino hacia Dios"
Sería bueno acercarnos a la vida de la Madre Janer, desde su niñez hasta su ancianidad y muerte, con una mirada de fe en cada acontecimiento. Y pidiéndole a Dios que nos dé la gracia de aprender de su vida puesta al servicio. Empezaremos mirando su vida laica, antes de ser religiosa. Y luego ahondaremos en su vida consagrada y en su relación con los laicos.

Su niñez:

Ana María Janer nació en Cervera (España) el 18 de diciembre de 1800.
Fue educada por una familia cristiana muy comprometida con la fe. Tenía Agneta (así la llamaban cariñosamente) una vida cristiana. Al día siguiente de nacer, el 19 de diciembre de 1800 empezó a formar parte de la familia de Dios, recibiendo el primer sacramento: el bautismo. Continuó alimentando su vida de fe, por la formación cristiana que recibía en su familia y fue también confirmada en el tiempo que Dios lo quiso.
Dios puso en el corazón de esta niña sus dones para que ella los pusiera a Su servicio.
Leemos en los libros de su vida que ya en su infancia tenía dotes de piedad, carácter vivo, juicio, presencia de alma, bondad singular, viveza, arrojo, obediencia a sus padres, pronta para cumplir sus órdenes, dócil:
“Era esta niña tierra abonada
Para el cultivo de la caridad”
También es ejemplo para todo niño janeriano sus obras de servicio que prontamente realizaba: con su amiguito José, por ej. Señalan testimonios que Ana María lo trataba con paciencia y habilidad, jugaba, le procuraba alivio moral y jamás se negaba a ayudar.
Continuará...

viernes, octubre 14, 2005

Bienvenidos Laicos Janerianos

¡Es un regalo de Dios el compartir el carisma de nuestra Madre Janer!
Dios continúa llamando a muchos laicos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos a vivir la vocación laical en la Iglesia según el carisma de la Madre Ana María Janer.
Los invito a continuar profundizando en él y a mantenernos unidos en la oración unos por otros para crecer cada día un poco más en el amor a Dios y a nuestros hermanos, viendo en cada prójimo el rostro del Señor Jesús.
Unidos en el Señor y en el carisma de nuestra Madre.
Los invito a enviar comentarios, a publicar, a compartir experiencias.

Jesús, José y María sean nuestra luz y nuestra guía. Cecilia Rodríguez Soria.

Laicos Janerianos en Buenos Aires


Aquí estamos: los exalumnos janerianos
del Cole de Buenos Aires.

En el encuentro de julio, de grupos janerianos.
Y en el campo del Colegio mateando, acompañando a los chicos del Grupo de Jóvenes.

Pidamos por la pronta beatificación de la Madre Janer


Señor Dios nuestro:
Conscientes de nuestra pobreza y confiando en tu infinita bondad, te pedimos el advenimiento de tu Reino de paz y amor. Glorifica a tu Sierva Ana María , que tanto trabajó en este mundo para llevar tu mensaje de caridad a los ancianos, los enfermos y los niños.
Por su intercesión esperamos alcanzar la gracia que ahora te pedimos humildemente.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.